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805 Hasta los árboles secos…

febrero 3, 2022

los árboles nos ocultan los años en anillos y no pueden esconder la vejez que pregonan las ramas secas y agrietadas, testigos fieles de hambres y orgias. Saben de amores traicionados, de almas llorando neciamente por amores no correspondidos; entienden de asombros y miserias sentidas en la profundidad de sus raíces. No pueden desentrañar los secretos de la vida y todo un poema épico está escrito en la corteza que arropa su tronco. Observan, no dicen nada, no pueden si no lo deseas. Sí miramos con ojos curiosos no contaminados, nos revelan experiencias sentidas y no percibidas. Sin estar en el centro de la vida, no lo piensan los ensordecidos por los ruidos de la vida, nos desbordan el alma con la sabiduría de sus raíces hundidas. Las ramas secas y envejecidas vierten lágrimas de tristeza, de alegría… están, aunque no lo entiendan algunos, en el centro de la vida, nos hacen recordar pasados… , atisbar la realidad . «Esas tristes figuras» secas, viejas, retorcidas, nos evitan asumir absurdos enigmas y apartan de futuras zozobras. Se perpetua la memoria del mundo en árboles secos, sombras en un páramo inmenso atravesado por caminos polvorientos… Es la obviedad más clara. No la vemos por obvia. Así son las obviedades. Iñaki de villa.

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